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domingo, 2 de diciembre de 2012

¿Cómo realizar una evaluación con la que se pueda aprender?



Cuando le entregamos al profesor un trabajo, muchas veces, sino todas, lo único que esperamos cuando nos lo devuelve es ver la nota que hemos logrado obtener, sin pararnos a ver en lo que hemos fallado, o podríamos haber hecho mejor.

Recientemente, he tenido que leerme un libro para una asignatura de la Universidad: "Dar clase con la boca cerrada". Este libro sugiere diferentes metodologías para llevar una clase, y aporta distintas formas de llevar a cabo la evaluación. Me quedé con una, podríamos llamarla "Una carta para la Evaluación".

Consiste en redactar una carta con todo lo que destacaríamos bueno del trabajo y lo que habría que mejorar, de tal forma que se consiga una evaluación significativa, de la que el alumno/a pueda aprender.

Cuando digo carta, no hace falta extendernos demasiado, con unas líneas es suficiente.

Decidí ponerlo en práctica con uno de los cuentos que pedí el primer día y el resultado fue más que satisfactorio. Uno de los niños me entregó un cuento que había escrito de unos 12 capítulos (50 páginas aprox), -supongo que como yo, todos estaréis pensando que ya os gustaría tener esa capacidad de dar rienda suelta a la imaginación con tan solo 11 años-. 

Me dispuse a leer el cuento con un folio al lado en el que iría anotando todo lo que me llamaba la atención, tanto lo bueno como lo malo, y una vez terminé de leérmelo le dí forma a esa carta, quedando de la siguiente manera:

<<Hola xxxxx:

Desde las primeras líneas has conseguido que fuera una más del cuento, creo que la forma en que has descrito a los personajes ayuda mucho.

Me ha recordado a "Charlie y la fábrica de chocolate", pero por otra parte veo que lo has hecho propio.

En general está bien redactado, aunque habría que revisar algunos acentos y los signos de puntuación. Además, algunas palabras habría que cambiarlas porque no se adecuan al contexto (ejemplo página 5).

Te animo a que sigas escribiendo, la práctica hace al maestro, y estoy segura de que se te ocurrirán nuevas historias.

¡Se me olvidaba! La moraleja del cuento es buena y puede ayudar al lector a pensar.

María>>

En la siguiente sesión que tuve con ellos, entregué al susodicho su trabajo con la carta adjunta. Su cara fue de sorpresa al ver que la corrección era una carta. Tras leerla me dijo que quería comentarla al final de la sesión y así hicimos. 

Noté en él cierto agradecimiento y satisfacción. Pienso que valoró el que hubiese dedicado mi tiempo a corregirle el cuento y a hacerle esa breve reflexión, además mostró interés en ver cuales habían sido sus errores. 

Ésta ha sido la primera vez que he aplicado esta evaluación por lo que es precipitado sacar conclusiones, pero -aunque cueste más que otro tipo de evaluaciones- quiero seguir poniéndola en práctica porque creo que fomenta la motivación y cumple realmente con el objetivo de la evaluación: aprender de los errores para poder mejorar en futuros trabajos.


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