La
preferencia por alimentos concretos es un gusto creado desde la
infancia y la experiencia es uno de los factores más importantes en
su determinación.
Puede
definirse el concepto de neofobia alimentaría como el miedo a la
incorporación de nuevos alimentos en la dieta ya sea por no conocer
los sabores, los olores, las texturas o las formas de los alimentos
que se presentan.
Las
influencias en la alimentación del niño condicionan la preferencia
por determinados alimentos. Desde pequeños, los niños y niñas como
tendencia natural, rechazan los alimentos amargos y aceptan los
dulces. Algunos estudios muestran que las preferencias alimentarias
vienen ya desde la lactancia, ya que el lactante experimenta a través
de la leche, la alimentación de la madre.
Uno de los momentos más importantes en la alimentación del infante es al dejar la leche materna, en ese momento es cuando se inician algunas de las fobias. Normalmente los primeros alimentos que se incluyen en la alimentación son las frutas y uno de los errores de las madres es cambiar el tipo de fruta en cuanto el niño tiene una reacción ya que creen que el factor que la provoca es el mal gusto. Sin embargo, es normal que el niño reaccione, pues se trata de un sabor que no conoce, distinto de los que había experimentado en sus primeros meses de vida. La perseverancia es positiva en la creación de buenos hábitos, y es por eso que se debe dar a probar un alimento varias veces para la aceptación del mismo y el desarrollo de las papilas gustativas. Esto mismo ocurre con el caso de las verduras donde la responsabilidad total recae en la actitud de los adultos.
Podemos marcar como segundo momento crucial la edad comprendida entre los dos y tres años cuando su toma de contacto con el mundo lo experimentan saboreando todo lo que encuentran a su paso. En esta etapa se hace más difícil la incorporación de alimentos que no se han incluido antes en los menús.
Esta
aversión es una causa del empobrecimiento en la dieta, pues
generalmente la fobia se muestra hacia las verduras y las comidas
proteicas. Algunos estudios hacen hincapié en que la causa
principal de estos rechazos es la presentación que se les da además
de porque si no se la comen no se les ofrece.
La
fobia de los alimentos parece tener una excepción: los dulces. Esto
se ve relacionado en determinados artículos con el consumo de la
leche, ya que esta contiene azúcar y genera emoción en los
infantes.
Un
error de las madres suele ser el endulzar los alimentos que los niños
rechazan pues de esta forma consiguen que persevere la aversión al
alimento y aumentan los riesgos de caries. Cuanto más natural se
presente el alimento mucho mejor.
Consejos
ante el trastorno:
- Variar las comidas con todos los tipos de alimentos
- Incorporar los nuevos alimentos uno a uno, en pequeñas cantidades y de forma repetida
- Si no acepta el alimento la primera vez que se le presenta, no se le debe dar al día siguiente ya que puede provocar una asociación con experiencia traumática y así incrementarse el rechazo.
- No rendirse ante la aversión
- No cambiar el nuevo alimento por uno ya conocido aunque no le haya gustado facilitará la incorporación.
- Buena
presentación de los nuevos platos
- Ofrecerlos con la temperatura adecuada.
Hoy
en día los casos de neofobia pueden verse extendidos en gran medida
y no solo en los más pequeños de la casa. La emigración es un
factor social que se ha incrementado en estos últimos años. Nuevos
lugares, nuevos idiomas, nuevos amigos, nuevas actividades, nuevos
alimentos.. nueva cultura..
El
acceso a los alimentos que una persona consume en su propio país
puede resultar complicado en el extranjero a pesar de los movimientos
de exportación que existen, tanto por razones económicas como por
que no podemos disponer en cualquier momento de lo que nos gustaría.
Esto hace que la adaptación a la alimentación de las nuevas
culturas sea casi tan obligatorio como importante.
Los
adultos que de pequeños han adquirido buenos hábitos alimenticios,
suelen tener más fácil la adaptación. Sin embargo, son todos los
que se encuentran ante nuevos alimentos y la fobia puede presentarse
incluso ante aquellos que nunca creerían experimentarla en la edad
adulta.
Como
experiencia personal, diré que no pensaba que el cambio de país
fuera a implicarme ningún problema en lo que a la nutrición se
refiere. Aun así, cada vez que me presentan algo nuevo reacciono
como esos niños que rechazan la segunda cucharada el primer día que
se les presenta la fruta. La primera vez ni si quiera saboreas, la
tercera puedes ser capaz de juzgar su gusto.
Londres
es una ciudad multicultural y aquí no resulta imposible encontrar una
tienda con los productos alimentarios del país que se te antoje. Sin
embargo, esto no ocurre en otros países y la única forma de
enfrentarse a ello es seguir las mismas reglas que de pequeños
seguían con nosotros y aunque resulte más difícil por estar en edad
adulta el reto se consigue: prueba, saborea, juzga...
Cristina Sureda de Lucio
Extraordinario de nuevo.
ResponderEliminarUna realidad mayor de lo q nos creemos.
Acostumbrar desde pequeñosces EDUCAR..muy importante en estos tiempos....un pero...quien daria de probar los sobres a nuestros politicos cuando eran pequeños...como les gustaron...
Esperamos con interes tu ptoximo articulo...